Sobre el proceso de búsqueda y construcción de la identidad visual de nuestra oficina de diseño de interacción.
La construcción de nuestra identidad visual navega los mismos procesos que mencionamos en nuestros servicios. Primero nos encontramos en una etapa de descubrimiento, donde sólo tenemos nociones que no logran conformar un compromiso de identidad como tal. Entonces, nos planteamos la inquietud: ¿cómo se llega a una consistencia entre quiénes somos (totalidad e individuos) y cómo nos mostramos al público?
Lo más concreto que teníamos era nuestro nombre bloom y las nociones de identidad, que en ese instante estaban más enfocadas en lo que no queríamos proyectar como oficina de diseño.
Teniendo estos dos puntos en vista decidimos buscar referencias: por un lado indagamos sobre cómo otras oficinas mostraban su trabajo, metodología y equipo, mirando el diseño visual, el uso de recursos gráficos y el tipo de relato. Siempre fue relevante poder comunicar desde al menos esos puntos nuestro ethos.
Como segundo punto buscamos referencias sobre proyectos de creación de identidad, con especial atención en cómo ocurría la traducción de un concepto a algo concreto, tratando de encontrar patrones que nos dieran luces de “desde dónde” se aborda un concepto y así definir nuestro punto de partida.
En base a esta búsqueda decidimos abordar nuestro concepto desde su significado (florecer) y la exploración del proceso que la determina (floración)
La floración es un proceso de desarrollo que ocurre de manera sucesiva mediante etapas o eventos múltiples que inicia con la inducción de la producción de estructuras reproductivas y culmina con el inicio de la formación de la flor: elemento central de la reproducción de una planta. El proceso de floración implica un cambio estructural en la planta, ya que esta cambia de un estado vegetativo a uno reproductivo.
Esto sumó sentido a nuestro relato y permitió encaminarnos con más certezas a esa búsqueda de nuestro compromiso de identidad.
Cada vez que recibimos un proyecto tratamos de situarnos en un estado cero, este estado “en blanco” nos permite adaptarnos a los requerimientos con mayor fluidez. Como metáfora de esto definimos nuestra paleta de colores base como el blanco y negro, y a tomando el concepto “floración” sumamos una paleta de colores delegados a íconos y elementos de interacción.
Un punto relevante que buscábamos era alejarnos de toda forma rebuscada de comunicar lo que hacemos, lo que materializamos a través de mensajes y definiciones breves.
También buscamos estilos para la tipografías coherentes con esta consigna, lo que nos dio la base constructiva de la iconografía usada para complementar la información en los destacados, servicios y valores.
Explorar la singularidad de la tipografía permite capturar su esencia constructiva y desde ahí experimentar con ella para apropiarse de sus cualidades.
A partir de la necesidad de rediseñar nuestro propios sitio web, nos dimos cuenta que el proceso debía incluir necesariamente el cuestionar cómo queríamos mostrarnos de manera integral, desde nuestra bajada (oficina, consultora, agencia) hasta objetos de diseño que traspasan lo digital.
